miércoles, 11 de diciembre de 2024

A mí perro, por Neruda

 Gracias por estos 14 años de compañía



UN PERRO HA MUERTO


Mi perro ha muerto.

Lo enterré en el jardín

junto a una vieja máquina oxidada.


Allí, no más abajo,

ni más arriba,

se juntará conmigo alguna vez. él ya se fue con su pelaje,

su mala educación, su nariz fría.


Y yo, materialista que no cree

en el celeste cielo prometido

para ningún humano,

para este perro o para todo perro

creo en el cielo, sí, creo en un cielo

donde yo no entraré, pero él me espera

ondulando su cola de abanico

para que yo al llegar tenga amistades.  


Ay no diré la tristeza en la tierra

de no tenerlo más por compañero

que para mí jamás fue un servidor.

Tuvo hacia mí la amistad de un erizo

que conservaba su soberanía,

la amistad de una estrella independiente

sin más intimidad que la precisa,

sin exageraciones:

no se trepaba sobre mi vestuario

llenándome de pelos o de sarna,

no se frotaba contra mi rodilla

como otros perros obsesos sexuales.


No, mi perro me miraba dándome la atención necesaria

la atención necesaria

para hacer comprender a un vanidoso

que siendo perro él,

con esos ojos, más puros que los míos,

perdía el tiempo, pero me miraba

con la mirada que me reservó

toda su dulce, su peluda vida,

su silenciosa vida,

cerca de mí, sin molestarme nunca,

y sin pedirme nada.


Ay cuántas veces quise tener cola

andando junto a él por las orillas del mar,

en el Invierno de Isla Negra,

en la gran soledad: arriba el aire

traspasando de pájaros glaciales

y mi perro brincando, hirsuto,

lleno de voltaje marino en movimiento:

mi perro vagabundo y olfatorio

enarbolando su cola dorada

frente a frente al Océano y su espuma.

alegre, alegre, alegre

como los perros saben ser felices,

sin nada más,

con el absolutismo de la naturaleza descarada.

No hay adiós a mi perro que se ha muerto.


Y no hay ni hubo mentira entre nosotros.

Ya se fue y lo enterré, y eso era todo

martes, 3 de diciembre de 2024

Dicen. Rosalía Castro


Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:
—Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

—Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?

viernes, 27 de septiembre de 2024

Ciudadana de la nada

Aquí, en medio de la nada,
entre pensamientos divagantes
y la música que resuena en YouTube,
me pregunto: ¿dónde está la ciudad en donde habito
y si tendré alguna ciudadanía?
pues no encuentro mi certificado de pertenencia
y no conozco un lugar dónde emigrar.

Antiguamente, las luces nocturnas de las ciudades
que en antaño me atraían
hoy agreden el espacio nocturno
y no me permiten nombrar y contar
las estrellas que he reclamado como propias.

¿No escuchan en las noches ese bramido fantasma
que viene desde el fondo de la tierra,
intimidante, profundo y telúrico, que se levanta
reclamando el origen?

¿Alguna vez se han dejado poseer por la brisa de la tarde
que nos acaricia suavemente y nos susurra la calma?

¿Se han dejado sorprender por la aparición sincrónica
quizás de alguna mariposa o la lagartija
que nos recuerda la fragilidad de la vida?

Vivo en medio de mis recuerdos y expectativas
y miro con compasión aquellos mares humanos
que sobreviven y se mueven entre mareas sintéticas.

Mis naufragios son otros.

Mi angustia es otra,
pues ella

mira con ojos apátridos
el lugar en donde pisan mis pies.

María

Mi creación musical con IA 


https://suno.com/song/bd04ecef-87a5-4a3b-8c4e-4ac3fc07f71c



jueves, 5 de septiembre de 2024

Naufragios



 El mar muchas veces devuelve  los naufragios



domingo, 1 de septiembre de 2024

Compasión animal


 ¿Será que los animales perciben la soledad del alma humana y sin conocernos se compadecen de nosotros acompañándonos?