sábado, 14 de octubre de 2023

Marguerite Yourcenar

 "Nunca sabrás que tu alma viaja

Dulcemente refugiada en el fondo de mi corazón,

Y que nada, ni el tiempo ni la edad ni otros amores,

Impedirá que hayas existido.


Ahora la belleza del mundo toma tu rostro,

Se alimenta de tu dulzura y se engalana con tu claridad.

El lago pensativo al fondo del paisaje

Me vuelve a hablar de tu serenidad.


Los caminos que seguiste, hoy me señalan el mío,

Aunque jamás sabrás que te llevo conmigo

Como una lámpara de oro para alumbrarme el camino


Ni que tu voz aún traspasa mi alma.

Suave antorcha tus rayos, dulce hoguera tu espíritu;


Aún vives un poco porque yo te sobrevivo".

( Y han pasado décadas y siento que lo sabes.Maria) 




jueves, 5 de octubre de 2023

Canción Silvina O campo


 Ah, nada, nada es mío!

Ni el tono de mi voz, ni mis ausentes manos,ni mis brazos lejanos.

Todo lo he recibido. Ah, nada, nada es mío.

Soy como los reflejos de un lago tenebroso el 

eco de las voces en el fondo de un pozo

azul cuando ha llovido.

Todo lo he recibido:

como el agua o el cristal

que se transforma en cualquier cosa,

en humo, en espiral,

en edificio, en pez, en piedra, en rosa.

Son distinta de mí, tan diferente,

como algunas personas cuando están entre gente.

Soy todos los lugares que en mi vida he amado.

Soy la mujer que más he detestado

y ese perfume que me hirió una noche

con los decretos de un destino incierto.

Soy las sombras que entraban en un coche,

la luminosidad de un puerto,

los secretos abrazos, ocultos en los ojos.

Soy de los celos, el cuchillo,

y los dolores con heridas, rojos.

De las miradas ávidas y largas soy el brillo.

Soy la voz que escuché detrás de las persianas,

la luz, el aire sobre las lambercianas.

Soy todas las palabras que adoré

en los labios y libros que admiré.

Soy el lebrel que huyó en la lejanía,

la rama solitaria entre las ramas.

Soy la felicidad de un día,

el rumor de las llamas.

Soy la pobreza de los pies desnudos,

con niños que se alejan, mudos.

Soy lo que no me han dicho y he sabido.

¡Ah, quise yo que todo fuera mío!

Soy todo lo que ya he perdido.

Mas todo es inasible como el viento y el río,

como las flores de oro en los veranos

que mueren en las manos.

Soy todo, pero nada es mío,

ni el dolor, ni la dicha, ni el espanto,

ni las palabras de mi canto.


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viernes, 1 de septiembre de 2023

Monumento al Mar, Vicente Huidobro


 

 



Paz sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas como los hombros de la multitud
Paz en el mar a las olas de buena voluntad
Paz sobre la lápida de los naufragios
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y si yo soy el traductor de las olas
Paz también sobre mí

He aquí el molde lleno de trizaduras del destino
El molde de la venganza
Con sus frases iracundas despegándose de los labios
He aquí el molde lleno de gracia
Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas

He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
Porque un día nadie se paseará por el tiempo
Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos

Este es el mar
El mar con sus olas propias
Con sus propios sentidos
El mar tratando de romper sus cadenas
Queriendo imitar la eternidad
Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena
O el jardín de los astros que pesan en el cielo
Sobre las tinieblas que arrastramos
O que acaso nos arrastran
Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna
Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte

El mar entra en la carroza de la noche
Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos
Se oye apenas el ruido de las ruedas
Y el ala de los astros que penan en el cielo
Este es el mar
Saludando allá lejos la eternidad
Saludando a los astros olvidados
Y a las estrellas conocidas

Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño
El mar abriendo los ojos

Y buscando el sol con sus pequeñas manos temblorosas
El mar empujando las olas
Sus olas que barajan los destinos

Levántate y saluda el amor de los hombres

Escucha nuestras risas y también nuestro llanto
Escucha los pasos de millones de esclavos
Escucha la protesta interminable
De esa angustia que se llama hombre
Escucha el dolor milenario de los pechos de carne
Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día

También nosotros te escuchamos
Rumiando tantos astros atrapados en tus redes
Rumiando eternamente los siglos naufragados
También nosotros te escuchamos

Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor
Cuando tus gladiadores se baten entre sí

Cuando tu cólera hace estallar los meridianos
O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta
O bien cuando maldices a los hombres
O te haces el dormido
Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa

Lloras sin saber por qué lloras
Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Sufres sufres como sufren los hombres
Que oiga rechinar tus dientes en la noche
Y te revuelques en tu lecho
Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Que los niños apedreen tus ventanas
Que te arranquen el pelo
Tose tose revienta en sangre tus pulmones
Que tus resortes enmohezcan
Y te veas pisoteado como césped de tumba

Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Tengo miedo de tus venganzas
Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar
Olvida los presagios funestos
Olvida la explosión de mis praderas
Yo te tiendo las manos como flores
Hagamos las paces te digo
Tú eres el más poderoso
Que yo estreche tus manos en las mías
Y sea la paz entre nosotros

Junto a mi corazón te siento
Cuando oigo el gemir de tus violines
Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando estás dolorido en tus almohadas
Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando lloramos sin razón como tú lloras

He aquí el mar
El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Esas barcas que pescan a la orilla del cielo
Esos peces que escuchan cada rayo de luz
Esas algas con sueños seculares
Y esa ola que canta mejor que las otras

He aquí el mar
El mar que se estira y se aferra a sus orillas
El mar que envuelve las estrellas en sus olas
El mar con su piel martirizada
Y los sobresaltos de sus venas
Con sus días de paz y sus noches de histeria

Y al otro lado qué hay al otro lado
Qué escondes mar al otro lado
El comienzo de la vida largo como una serpiente
O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
Y más alta que todos los montes
Qué hay al otro lado
La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
O el torbellino eterno de pétalos tronchados

He ahí el mar
El mar abierto de par en par
He ahí el mar quebrado de repente
Para que el ojo vea el comienzo del mundo
He ahí el mar
De una ola a la otra hay el tiempo de la vida
De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte

 

viernes, 4 de agosto de 2023

Carta a mi hijo

 


Querido Travieso  :

 

Me pidieron en el colegio escribirte una carta y antes de comenzar, me emocioné.

¿Sabías que son ustedes los hijos cuando están en el cielo, cuando son solamente almas, escogen los papás que quieren tener? Eres tú el que escogiste que yo fuera tu mamá y eso me enorgullece mucho y me pones frente a un gran desafío.

Me acuerdo del día en que naciste; ya anunciabas que eras muy especial, pues naciste en silencio, quizás sin entender que estabas fuera viviendo en el mundo.

Fuiste el primero de mis hijos en salirse del corral, abrir la puerta, arrancarse de la casa cual Agente Secreto. Ni las llaves, ni los seguros, nada impedía que pudieras salir, pues esas trancas las vencías inteligentemente. Los bomberos de la esquina de la casa, los jardineros de las plazas , los dependientes de las tiendas cercanas a nuestro hogar , eran los que te cuidaban en tus aventuras de exploración; ellos nos avisaban en dónde te encontrabas cuando te arrancabas y te entretenían mientras íbamos a buscarte.

Una de las anécdotas que me acuerdo hoy con gracia, fue el día en la Iglesia un sábado en la tarde en que te escabulliste y subiste al segundo piso y comenzaste a tocar el órgano en la mitad de la ceremonia; sonaba tan bien que muchos pensaban que el músico había llegado a tocar … pero bastó que te retaran por tocar el órgano para que te asustaras y arrancaras lejos de la Iglesia buscando quizás refugio. Te encontramos divagando a muchas cuadras de la casa después de dos horas. Hasta el sacerdote de la Iglesia salió en tu búsqueda. No sabes el susto que pasé.

También fuiste el primero en experimentar con el microondas preparando tallarines con salsa de tomates; el problema era que primero había que coserlos en agua y luego la salsa de tomates, pero, en fin, nadie avanza sin experimentar primero los fracasos.

Y el silencio, ese silencio que me aterrorizaba pues no sabía cómo comunicarme contigo, por lo que comenzó una larga lucha entre la familia y doctores para entrar en tu mundo. Me explicaron que el mundo lo sientes amenazante, y que el silencio es tu refugio. Te fui enseñando poco a poco que al mundo tenemos que nombrarlo, nombrar sus cosas, hablarle al mundo, pues al reconocerlo, el miedo tiende a desaparecer.

Pocos saben de tus habilidades propias y únicas: sabes hacer juegos en internet que otros usan para entretenerse en línea y te pagan. Eres el primero de mis hijos que ya sabe trabajar y ganar su dinero. Eres el único en la casa que siempre sin decirle nada, sale todos los días al colegio habiendo hecho su cama. Eres el primero que se levanta de la mesa y me ayuda con el lavado de platos al terminar de comer; eres el que siempre me mira y me dice: “mamá, yo soy el hombre de la casa y te voy a cuidar siempre”; siempre pendiente y atento.

Hay personas cerca de ti que no te conocen; se están perdiendo de saber cómo eres. No eres tú el que pierdes. La diversidad fomenta el crecimiento; la uniformidad esclavitud.

Las aves de nuestro jardín pasan cerca de ti y no te temen; ellas si te conocen; ellas saben que tu no les dañarás y dejan que te acerques a sus nidos a ver a sus polluelos en primavera. Tienes una conexión única con los animales; te preocupas por ellos. Eres el único que está pendiente del Turrón, nuestro perro. Lo paseas, le das de comer y lo sacas a pasear.

Querido hijo; yo también tengo miedo. Tengo miedo de que te puedan dañar aquellos que no te entienden; pero eres fuerte, eres mi hijo, eres valiente, eres una buena persona, y las buenas personas son las que viven el Cielo en la tierra.

 

Tu mamá 

 

jueves, 23 de febrero de 2023

Despatriada Gioconda Belli

 


No tengo dónde vivir.

Escogí las palabras.
Allá quedan mis libros
Mi casa. El jardín, sus colibríes
Las palmeras enormes
Las apodadas Bismarck
Por su aspecto imponente.
No tengo dónde vivir.
Escogí las palabras.
Hablar por los que callan
Entender esas rabias
Que no tienen remedio.
Se cerraron las puertas
Dejé los muebles blancos
La terraza donde bailan volcanes a lo lejos
El lago con su piel fosforescente
La noche afuera y sus colorines trastocados
Me fui con las palabras bajo el brazo
Ellas son mi delito, mi pecado
Ni Dios me haría tragármelas de nuevo.
Allí quedan mis perros Macondo y Caramelo
Sus perfiles tan dulces
Su amor desde las patas hasta el pelo.
Mi cama con el mosquitero
Ese lugar donde cerrar los ojos
E imaginar que el mundo cambia
Y obedece mis deseos.
No fue así. No fue así.
Mi futuro en la boca es lo que quiero
Decir, decir el corazón, vomitar el asco y la ranura.
Queda mi ropa yerta en el ropero
Mis zapatos mis paisajes del día y de la noche
El sofá donde escribo
Las ventanas.
Me fui con mis palabras a la calle
Las abrazo, las escojo
Soy libre
Aunque no tenga nada.