En este jardín, que es parte de mis sueños, tengo plantadas distintas enrredaderas : jazmín español, dos copihues que son mi orgullo y una clemátide que fue arrancada de cuajo por mi hijo más chico al sacarles el palo en donde se enrredaba para crecer.
Me dio una pena enorme al ver cómo día a día se seca ... sé que la clemátide es ranunculácea, pero es muy difícil que vuelva a crecer . El color jacinto de sus flores alegran el jardín y le da equilibrio en la infinidad de colores que tiene.
Mirando las enrredaderas puedo darme cuenta que nuestras vidas son como ellas : necesitamos tutores para crecer; muchas veces vemos " la belleza" de ellas sin darnos cuenta el trabajo de quienes las sostienen y les da seguridad. Ellas por sí de no contar con otra planta a la cual poder agarrarse para crecer, se comportarían como cubresuelo.
Una vez que se ellas afirman , cuelgan y son capaces de formar troncos a los cuales volver a enrredarse. Eso lo logran una vez que las planta "está madura" .
Qué importante es contar al principio de nuestras vidas con buenos tutores, que nos permitan crecer , para que luego con libertad podamos seguir " floreciendo"
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