Es increíble a medida que uno reflecciona respecto de los hechos que nos ocurren en la vida, nos damos cuenta que las personas que conocemos de una u otra forma tenemos con ellas una conección misteriosa, como si nos unieran pequeños hilos de plata.
Un día hace años haciendo una fila en el banco esperando que me atendieran descubrí a una compañera de colegio uno cursos más abajo que yo y nos pusimos a conversar ... nos dimos cuenta que estábamos es diferentes etapas en el proceso de adopción en la misma institución y además (no nos habíamos dado cuenta) , éramos vecinas de barrio ... vivía al otro lado de mi calle en uno de lo departamentos
En una de la etapas del proceso de adopción, cuando se forman grupos de padres que nos juntamos para comentar nuestras experiencias del proceso antes que se concrete me encontré con quién evaluó mi práctica profesional y me dio mucho gusto encontrármela.También iba a ser madre adoptiva.
Lo más curioso de estas dos historias que mi hija y los hijos de ambas personas tiene las mismas edades, y vienen de la misma institución de adopción ; es probable que hayan estado los niños en la misma pieza con las cunas cerca pues cada vez que nos volvemos a encontar juegan como si se conocieran toda la vida.
No hay casualidades en nuestras vidas y para darnos cuenta hay que ver más allá , con nuestra alma.
Nos conectamos unos con otros con pequeños hilos de plata y aquí hay dos pequeñas historias que lo comprueban y tengo muchas más similares.
Todo tiene su razón de ser por ello no cambio ningúna experiencia por muy dolorosa que ella haya sido , pues tiene ella su razón de ser aunque en ese momento no sea capaz de descubrirlo.
martes, 25 de septiembre de 2012
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