LLegamos como familia a este barrios desde hace décadas ; la casa aún la conservo hoy . Cerca se encuentra "El Bellaco", zapatero que hace de su oficio un verdadero arte . Su taller queda bajando una escalera empinada a un costado de un supermercado, luego se avanza unos metros entre tiendas de ropa de niños y boutiques de mujer , al fondo, escondido , bien escondido atiende el junto a su mujer su taller .Acudimos a el varias generaciones para que nos arregle nuestros zapatos rotos que nos negamos a tirar a la basura . Su trabajo no es un oficio, sino un arte, pues dedica el mismo cariño para arreglar zapatos de colegio "made in China", como los tipo "Gacel". Recibe en el mesón su señora que pone la nota "seria y de cordura ", pero no menos amable . "Cuánto es" , le pregunté hoy por arreglar un zapato de mi hija ." Un par de miles de euros y si quiere me paga en criptomonedas" me contestó entre risas alejándose del mesón. Sus chistes y buen humor son conocidos por muchos en el barrio . Quizás más que acudir a él para que nos repare nuestros zapatos, esperamos que nos remiende y rescate el alma de la impersonalidad de la vida que llevamos a cuesta .
" Usted si hubiera estudiado marketing habría sido millonario" le dije ... "Ya lo soy" me contestó ; "Me siento inmensamente feliz con lo que soy y en lo que he trabajado en toda mi vida me ha dado mucha felicidad ". La convicción de lo que expresó , debo reconocer, me removió internamente
Con el zapato colegial en la mano, crucé la calle atestada de conductores estresados y apurados por llegar a sus casas . Ahí estaba Daniel, aquel " bombero" que atiende la gasolinera de la esquina y que llegó a trabajar a ella casi el mismo año en que llegamos como familia al barrio . Me saludó a lo lejos y me preguntó : "Cómo está mi tocayo, " por mi hijo Daniel y yo hice señas que estaba muy bien . Daniel el " bombero" y otros muchos más de esa estación de servicios lleva años ahí. Conocen a mi madre, a mi padre que ya falleció, a mis hermanos y sus hijos. Me acuerdo cuando uno de ellos trajo de vuelta a mi casa a " Pascual" mi conejo, mascota de niña que era callejero y se escapaba en cuanto podía hacerlo . "Señorita Coneja" me decían de niña en el barrio pues paseaba en brazos al conejo que llegó a crecer casi del tamaño de un perro .
A varios metros antes de llegar a mi casa , me siente desde lejos mis pasos mi perro y comienza a ladrar para recibirme . El conserje del edificio de el frente siempre me saluda y espera a que yo entre a la casa . Hoy lo vi flaco pues hace unos meses se enfermó y faltó mucho tiempo por licencia . Su ausencia era palbable.
Finalmente ya en la quietud de mi hogar , reflexioné lo siguiente : aquellas personas ( el zapatero, el bombero, el conserje, y me faltan tantos más ... ) son los mejores asesores de imagen de humanidad y los mejores asesores de marketing de sus trabajos , ABC1 , pues son Atentos, Bondadosos , Confiables .
Lamentablemente hoy mi barrio vive una presión inmobiliaria obscena , en que el ruido de las máquinas a pocas cuadras se hacen notar ; las casas se destruyen para dar paso a grandes edificios de lujo que albergarán a los otros ABC1 , aquellos ( o nosotros) que somos medidos via estadisticas y categorizados por la fria y mezquina" civilidad"