Carta de un lirio al ser humano.
Hola, yo iba a ser tu único regalo de amigo secreto. Le pregunté al humano si se habían acordado reglas para esa actividad, a lo cual me respondió “sí”. Yo le recomendé cumplir con los protocolos humanos pues fue escrito que" hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"; no obstante, le pedí información de cómo es la persona a quién iba dirigido el verdadero regalo que soy yo, un simple lirio del campo, para poder escribirle y saber que mis palabras van a ser bien comprendidas.
Florezco casi a finales de invierno. Mis flores duran un solo día. A pesar de mi corta floración las personas que pasan por el lugar que habito me contemplan y mi belleza les brinda una pequeña alegría. Lo que soy no es logro mío sino del Creador. No me preocupo de qué comer o qué vestir y mi belleza supera a la de los ropajes de los reyes, entre ellos Salomón. He sido reconocido y alabado por nuestro Creador por sobre las riquezas humanas.
Me he preguntado muchas veces porqué el hombre le asigna precio a la naturaleza; ella es intrínsecamente valiosa. Jamás todo el dinero del hombre podrá pagar su verdadero valor. He llegado a pensar (en mi pensamiento de lirio), que estamos más cerca del Creador que el humano, a pesar de que éste fue creado a Su Imagen y Semejanza.
El ser humano junto con asignarle precio a las cosas, lo hace con la Naturaleza y lo más triste, reconoce que también lo hace consigo mismo. La soberbia estimula su necesidad de categorizar lo existente para poder alcanzarlo. Este endiosamiento es inútil. El humano tiene una vana ilusión al creer que se posee por medio del precio a la Naturaleza; no posee ni su vida menos va a ser capaz de poseer aquello que está fuera de sí mismo. Si el hombre viviera con la muerte aferrada a su mano, recapacitaría y se volcaría a lo verdaderamente importante.
Mis flores duran un día; mi tiempo lo uso para cumplir lo verdaderamente importante pues tengo consciencia de su escasez. La Creación no pierde tiempo en vanidades.
Curioso es el hombre. Exilia a la naturaleza constantemente de su incómodo hábitat de vanos éxitos, pero sus momentos de angustia, cansancio y crisis busca refugio en ella en forma desesperada. El humano no es leal ni generoso como es la Creación con éste pues siempre está dispuesta a acogerlo. Ella nunca le ha negado la posibilidad de disfrutar un amanecer, de sentir la cálida arena de las playas bajo sus pies, de las diversas melodías en el canto de las aves; es el mismo hombre quien le ha puesto "puertas al campo" y se vuelve esclavo de sí mismo.
Yo habito en el antejardín (desde hace años) del humano que me está regalando. Yo nunca fui comprado. No he tenido nunca un precio. Mis ancestros vivieron en un jardín de la comuna de Providencia, en donde hoy hay un enorme Edificio con un gran suelo de cemento; ahí no crece la vida. El viejo jardinero sospechando del triste destino de su jardín, entregó a quien quisiera los rizomas.
Se tejen las historias en forma misteriosa. Hay que estar abiertos a los misterios.
Que disfrutes tus dos regalos, y como conozco tu valor, seré yo el regalo que más vas a disfrutar.
Tu regalo secreto
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