viernes, 19 de junio de 2020

Cuarentena de noche



Es casi invierno, y me encuentro sentada con un café en medio del jardín.

La noche tiene su lenguaje de susurros de viento y quejidos de aves sonámbulas.

El cielo a pesar de la hora, se encuentra cubierto de nubes y se siente una brisa cálida.Nos anuncia que luego va a llover. Siento el olor a lluvia.

El zorzal que duerme entre el madroño y el limonero se siente incómodo con mi presencia. Sabe que la  noche es traicionera y a quién lo solicite le presta un disfraz.

Han pasado largos meses confinamiento , lejos del que  me vacía de lo superfluo y me llena de lo vital: el mar, mi mar, mi enorme mar.

No sabes cuánto extraño mis monólogos frente él, que en realidad eran diálogos, pues me contestaba entre graznidos de aves y reventar de mareas. 

Lo extraño y siento que cada día que paso confinada, se muere parte de mi alma y que él era capaz de mantener viva.

"Mi alma, mi pobre alma" , no sabe si permanecer o volar pues estas prisiones  no me permiten soñar.

Novalis, nunca supiste que la noche cerca del  mar  nos declama el  misterio alegremente  triste .

                                                                                                                  María 

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