viernes, 30 de abril de 2010
... valía menos que una infracción de tránsito
Anémona Japónica
Cada vez que me acuerdo, me causa una pena muy profunda.
Hace años luego de casarnos, esperábamos a nuestra primera hija con muchísima alegría . Era primera vez que iba al ginecólogo y me lo habían recomendado como muy bueno.
Los primeros examenes demostraban que todo iba bien hasta ese día ... me encontraba trabajando en la oficina cuando me empecé a sentir mal, fui al baño y me di cuenta que algo le estaba pasando a mi hija ... llamé de inmediato a mi ginecólogo y la secretaria me dio hora para ese día en la tarde.
Llegué a mi casa y guardé reposo .... me fui en auto y a esa hora todos los estacionamientos estaban ocupados y frente a la urgencia, pues el sangrado era cada vez más, lo dejé en donde pude
Subí a la consulta , pues llegué antes de lo esperado y le dije a la secretaria que me atendiera el doctor luego, pues era urgente a lo cual me dijo, que era imposible, pues mi hora se debía respetar y estaba con otra paciente.
Salió esa paciente y entró otra con fecha de término ... le reclamé a la secretaria, pues sentía que estaba a tiempo de poder hacer algo ... " lo siento, después de la otra paciente, entra Ud. "
Me senté a esperar en la consulta mientras sentía que la vida de mi hija se iba sin poder hacer nada ... no me atrevía a llorar pues en mi casa me enseñaron que no era de buen gusto llorar en público ni menos gritar ...... ahora viéndolo "desde lejos" fue una buena educación mal entendida para tiempos de crisis.
Luego de tres horas fue mi turno y el doctor me examinó ... mi hija ya estaba muerta y sentí que se me iba la vida junto con ella ... comencé a llorar y el doctor en una "frase para el bronce" me dijo para consolarme : " Era tan pequeño el feto , no tiene importancia " . Mi marido había llegado a la consulta para acompañarme, lloramos los dos juntos.
Luego de terminar todo me subí al auto y me encontré con una infracción de tránsito . En otra circunstancia la hubiera peleado ante el Juez por una urgencia, un estado de necesidad ... pero ya no tenía ánimo para nada ... sentí que las circunstancias le habían asignado un valor a mi hija ... ella valía menos que una infracción de tránsito .Mi hija, la bauticé ( de deseo) con el nombre de Jacinta y tengo la certeza que ella nos está cuidando desde el cielo
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Me causa mucha pena ver en las noticias que encuentran niños nacidos o abortados con posibilidad de vivir, en los basurales. Se les dejó morir sin prestarles auxilio ... y esa es la muerte más dura ... la muerte en soledad.
Si esa madre se hubiera encontrado un billete botado en la calle, lo hubiera recogido, hubiera hecho algo por tomarlo ... pero a esos niños se les asignó un valor " menor a una infracción de tránsito ", no valía la pena para ellas recogerlos.
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