domingo, 30 de marzo de 2014

Signos invisibles

La poesía tiene la virtud de decir mucho en pocas palabras ; la profundidad en ésta es casi absoluta 




Me dejaron de pronto
en medio de un desierto
poblada de signos invisibles:
apenas un rictus huidizo
que juega a ser sonrisa,
un remanso de color inventado
en las pupilas
y en la piel
-sin aroma-
una ausencia terrible
de inquietudes.
QUIÑÓNEZ, DELIA

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