La poesía tiene la virtud de decir mucho en pocas palabras ; la profundidad en ésta es casi absoluta
Me dejaron de pronto
en medio de un desierto poblada de signos invisibles: apenas un rictus huidizo que juega a ser sonrisa, un remanso de color inventado en las pupilas y en la piel -sin aroma- una ausencia terrible de inquietudes. |
QUIÑÓNEZ, DELIA |
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