Tanta naturaleza a veces hace que uno extrañe lo salvaje de la ciudad en donde uno vive ... suenan los teléfonos, las impresoras sin cesar... ayer bajo un sauce en la tarde conversando con una amiga con una copa de vino blanco en la mano y arreglando el mundo ... y hoy frente al computador revisando diarios financieros y leyes publicadas ....
En algún momento me escaparé para ir a conversar con las esculturas que nos rodean en Sanhattan o me refugiaré en la librería en que casi me tiene reservado un asiento para hojear libros de jardinería y naturaleza .... o mejor busco el libro siutico de Oscar Contardo ... hay muchos de ellos circulando por estas calles.
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