miércoles, 14 de abril de 2010

pensar como una flor


Estas flores se llaman aster y las tengo orillando el jardín… se utilizan en jardinería como “cubresuelos”. Nosotros al observarlas vemos todas las flores iguales … pero si “pensáramos como una flor” , podríamos determinar que todas ellas son diferentes … el color de una es más intenso que la otra, hay unas en etapa de maduración más adelantado que las otras , unas se encuentran en distinta posición respecto del sol, los aspersores, etc…

Tenemos tres hijos : una hija adoptiva que hoy tiene 6 años, una niña biológica de 4 y un niño biológico de 3 años.

Cuando llegó a nuestra familia la primera de nuestras hijas , se reunió toda la familia y los consejos no cesaban : hay que darle la mamadera cada xx horas, hay que cambiarle los pañales, hay que comenzar a hablarle, etc… ese día quedé mareada . Tengo siete tíos sólo por parte de mi madre y sólo por ese lado somos cerca de 40 primos hermanos, y seríamos más si mi tío no hubiera sido sacerdote.

A los dos meses quedé embarazada de mi segunda hija y cuando nació hubieron varios consejos como : a tu hija mayor, por su condición y con el fin de que se sienta segura tienes que darle siempre la preferencia, quererla más etc…. , y miles de consejos más que me daba “la tribu”. No, le dije, es injusto para mi segunda hija que yo quiera más y prefiera a la primera que llegó , incluso si hubiera sido biológica; además sería injusto para la primera preferirla por sobre los demás pues a la larga terminaría distanciando a los hermanos por no saber administrar como madre las diferencias.

A otras tías les he escuchado que para ellas sus hijos son todos iguales y que los quieren a todos por igual … imposible pues humanamente uno siempre tiene empatía con uno más que otro y además los hijos son todos distintos.

Mi primera hija es inteligentísima capta las emociones y cómo es la gente “ al vuelo” , de buen carácter y sensible; la segunda es inteligente pero en otra área , de mal carácter ( lo que se hereda no se hurta) y muy cariñosa; y mi tercer hijo tiene problemas de lenguaje por lo que lo tuve que poner mientras en una escuela de lenguaje antes de entrar al colegio.

Tratar a los hijos por igual es como comprarle a todos un mismo regalo sin pensar que lo que ellos necesitan.

Hay que sentir como flor, sentir como hijos y entender que son distintos , pues si damos a cada uno lo que les es propio estaremos como padres actuando en justicia.

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(Aquí con otra reflexión, y si alguien la lee y cree que estoy cometiendo error o herejía me avisa.)

Sentada un día de invierno, me acuerdo haber ido a visitar a mi abuela … la lluvia caía como lágrimas de dolientes y el día “acusaba pena” … y comenzamos a pensar cómo sería el cielo … el cielo me decía ella es un lugar en donde vas a estar 100% satisfecho y feliz en la contemplación de Dios…. Unos más cerca que los otros pero todos llenos en un 100% .
Si Dios fuera agua y nosotros contenedores, los Santos serían grandes piscinas o lagos llenos en 100% …. Y yo si llegara a ir allá, como un simple dedal también estaría llena en 100%. Si se decidiera , aludiendo a la justicia, llenar el dedal con la misma cantidad de agua que el lago, ese acto sería irracional , pues el dedal para estar lleno quizás sólo le baste 15 cc de agua y no miles de litros de agua como el lago.
En justicia todos igualmente llenos, pero diferentes contenedores.

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